Una de las regiones más recomendables para disfrutar las vacaciones es el Valle de Arán. Da igual si es en invierno o verano, sus atractivos son tan variados como numerosos. Pero sobre todo en la estación más fría, su belleza y oferta se multiplican.
Situado en la vertiente norte de los Pirineos, aquí se ubica una de las estaciones de esquí más renombradas de Europa, la Baqueira-Beret, y los poblados que salpican su geografía poseen un patrimonio arquitectónico único, compuesto por bien conservadas edificaciones de estilo románico y gótico. De ellas, una de las más peculiares es la iglesia de St. Pèir, en Escunhau, que exhibe un recorrido estilístico iniciado en el siglo XI con su construcción románica, de la cual conserva la estructura de la nave, la portada y la pila bautismal; una influencia gótica que se expresa en su estructurara interior sustentada sobre nervaduras y bóvedas de crucería, y un campanario, muestra de la arquitectura de los siglos XVII y XVIII.
De Vacaciones en el Valle de Arán
Actividades
Además de la práctica de deportes de invierno y de las rutas culturales, las condiciones del valle son perfectas para las travesías con raquetas de nieve o con trineos tirados por perros, las rutas a caballo y la degustación de su comida típica. Hay varios itinerarios seguros desde algunos poblados, aunque para recorrerlos se recomienda la contratación de guías especializados de la zona.
Gastronomía
Los restaurantes y cafeterías del Valle de Arán ofrecen un exquisito género de platos que no se pueden encontrar en otros lugares de España: su famoso civet de jabalí; sus quesos artesanos elaborados con leche cruda de vaca; los crujientes tronquets aromatizados con anís; los coquilhons, esponjosos buñuelos del valle; la patarnes, energética sopa de pan, y la olla aranesa, otra sopa alta en calorías cuya base son las carnes de ternera, cerdo y pollo. Y si lo que se busca es un sabor conocido con impronta aranesa, en varios pueblos se pueden encontrar las tabernas de montaña Urtau, en las que se elaboran unos pinchos exquisitos.
Cultura
También muchos de sus poblados cuentan con originales museos, entre los que destacan el Museo de la Nieve, de Unha, y el Museo del Valle de Arán, en Vielha, la capital del valle. Este último, situado en la torre del general Martinhon (siglo XVII), posee una muestra de objetos etnológicos que cuentan la historia del valle desde la prehistoria.
Otro de los encantos del valle son sus leyendas; ya sean las relacionadas con batallas, con tradiciones célticas o cristianas o con la cotidianidad. Una de las más contadas es la del gigante Mandrónius, de quien se dice fue un guerrero que luchó contra los romanos y cuya calavera estuvo mucho tiempo guardada en la torre de la iglesia de Garòs. Su vida, según los narradores, transcurrió en una cueva ubicada cerca de Betlán, la cual se puede visitar en una de las rutas culturales.
Flora y Fauna
Tampoco hay que olvidar la flora y la fauna. Aunque durante el invierno no florecen las raras orquídea nigritela, árnica montana o viola de agua, el paisaje es fascinante porque en él destacan los robustos abetos cubiertos de nieve. Y a pesar de que los osos estarán hibernando, siempre podrá observarse alguna bellísima perdiz blanca.
Alojamiento
En cuanto a hospedaje hay multitud de ofertas, pero si se pretende esquiar en Baqueira, es mejor alojarse en un hotel ubicado a pie de pistas. De todas formas nada impedirá aprovechar todo lo que el valle ofrece en materia de entretenimiento y ocio, pues los poblados están muy cerca unos de otros. Si se viaja en coche, la C-28 conecta la mayoría de lugares a visitar. Además, existe un buen servicio de transporte público.
